miércoles, 16 de febrero de 2011

Eran las 9 de la mañana y su móvil sonó.
-¿Sí?
-Ey!Estas despierto?Te apetece venir a desayunar conmigo?
Esas fueron las dos únicas frases que se dijeron entre sí. En poco minutos estaban juntos desayunando. Para una de esas personas era otro día desastroso, para la otra un día cargado de ilusión.
Intentó no mostrarse como le gustaría, pero aún así, tenía varias sorpresas preparadas para ese día. Dejaron los cafés, salieron a la calle. Se despidieron sabiendo que pocas horas después se iban a encontrar. Una de esas personas tiró Rúa abajo, la otra Rúa arriba. La que tiró Rúa abajo se giró, pero no obtuvo respuesta por la otra persona. Estaba demasiado indignada con la vida como para girarse y echar una última sonrisa. La mañana iba pasando. De repente el móvil volvió a sonar:
-Corre a sacar fotos a aquellos lugares que te parezcan bonitos de la ciudad y quizás así dejes a un lado los problemas.
Esa persona pensó que sería otra mariconada más de la otra persona, pensaba que estaba intentando que viviera su vida tal y como la había escrito. ¿Lo hizo?Nadie lo sabe. Horas más tarde se volvieron a encontrar..pero no se sabe si la sonrisa volvió o por el contrario se quedó guardada en su corazón...

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